ALMENDRO

Viajar por el litoral salvadoreño es inhalar el olor a tierra salada, sentir cálidas brias y disfrutar del refrescante paisaje cubierto de exuberante vegetación. Entre palmeras, cedros, conacastes y otros muchos árboles y plantas de nuestra maravillosa flora, ya cerca de la playa, se puede contemplar por doquier este vistoso árbol que luce un hermoso ramaje, con hojas llamativas, de diferentes tonalidades de acuerdo a su maduración, con sus colgantes y apetecibles frutos.

El almendro, nativo de las islas de Malaya, es un árbol mediano que alcanza una altura de 16 metros; el tronco es delgado y con ramas en círculos, en diferentes niveles. Las hoas son sencillas, alternas, enteras, ásperas, se agrupan en manojos al final de las ramas. Sus flores son pequeñas, blancas y se reúnen en racimos de flores masculinas y hermafroditas, y florece casi todo el año. El fruto, conocido como "almendra"; es una drupa comestible, tanto la pulpa como la semilla; esta última se comercializa como nuez, sobre todo en lugares turísticos. Es plantado en todo el territorio, especialmente en la costa, para aprovechar su sombra y sus frutos.

La corteza del árbol contiene tanino, de color café oscuro, que se utiliza para teñir fibras naturales como el algodón. Su madera es de color blanco rojizo, y ya seca vuelve amarillo uniforme; se utiliza para pilares, horcones y portes.

Por sus atributos y por su refrescante sombra, ha sido objeto de inspiración artistica en sus diferentes expresiones. Se le ha plasmado en lienzos de famosos pintores, y en su honor se han escrito poemas. Una de las creaciones más conocidas es compocisión musical, a ritmo de vals, titulada Bajo el Almendro, del, compositor Santaneco David Granadino (1876-1933). Cuentan que, a principios del siglo pasado, el llamado Parque Guzmán, actual parque La Libertad, de la Ciudad de Santa Ana, se  encontraban bonitos Kioskos donde la banda musical ejecutaba sus conciertos; un huracan daño el Kiosko, y los conciertos, que deberian continuar, se ejecutaron entonces bajo un árbol de almendro, lo suficientement e amplio de follaje como para proteger del sol de la tarde a los músicos,; de este acontesimiento deriva el nombre de la melodía. Por ordenanza municipal Bajo el Almendro se convirtio en canto oficial de la ciudad de Santa Ana.

A la par del almendro plantado en el mismo sitio del almendro original, desaparecido por el tiempo, hay un busto de David Granadino con un placa que dice:

Homenaje póstumo a don David Granadino,
compositor del vals "Bajo el almendro", 1923
Nacio el 13 de junio de 1876.
Falleció el 22 de agosto de 1933



















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